jueves, febrero 16, 2006

LOS ACCESORIOS YA NO SE ROBAN POR SEPARADO



Antiguamente en el campo nuestro o mejor dicho, cuanto todo Chile era campo - y nuestro - a los ladrones les cortaban las manos cuando incurrían en algún delito que generalmente era robarse una gallina o un fardo de paja o cualquier cosa. Dicha medida fue abolida con la llegada de la "civilización de la razón" y la evolución del ser humano.
Hoy por hoy, cuando la delincuencia es pan de cada día, el fenómeno de la "amputación delictual" se vuelve a repetir pero desde otro punto de vista. En nuestro Chile del tercer milenio, el de los tratados con medio mundo, el de las mujeres en el poder, en el jaguar de Latinoamérica, el que es medio Chile y medio Transnacional, la delincuencia, y si lo miramos desde otro punto, la necesidad humana, ha llegado a tal punto que ya ni siquiera hay un dejo de compasión.
Puede ser que, como en todo orden de cosas, hoy en día lo que importa es hacer el trabajo y hacerlo lo más rápido posible. Lo que quiero decir con esto es que, a mi humilde juicio, los asaltantes no son los únicos delincuentes. Cómo es posible que, para robar un mísero anillo a un hombre que, por ahorrar tiempo y hacer rápido su trabajo se embarca en una travesía por un potrero abandonado, se le corten los dedos sin contar hasta dos.
A esto es a lo que le llamamos evolución? a sacar a relucir la parte más animal de nuestro ser? No es posible que don Ricardo y los de arriba se llenen la boca con discursos sobre el desarrollo social del país si tenemos frente a nosotros a seres que están cayendo en lo más bestial por conseguir dinero. Y no lo digo sólo por lo que le ocurrió a Leonardo Tobar, lo digo por que esto se da en todo orden de cosas. Los "micreros" arrollan y lanzan gente por llegar más rápido, los médicos ya no salvan vidas sino presupuestos, los constructores hacen las puentes de papel para terminar pronto, no importa que la caída de estos acabe con varias vidas, los abogados son los que más se tardan, pero para cobrar más. Y no podemos dejar de lado a nuestra querida profesión que trata las noticias con una banalidad asquerosa sin pensar en la labor social que le ha sido delegada con el único fin de, y que acorde es la palabra en estos momentos, golpear al otro.
Más que evolución, progreso o desarrollo, el hombre está cayendo en el papel de juguete de otros hombres que se han transformado en animales desde hace un tiempo poniendo como primer punto siempre el ahorro de algo (tiempo, dinero, etc.) antes que cualquier otra cosa, aunque esta sea la vida o la integridad de uno de sus pares.
Más que evolución, me parece que estamos retrocediendo aún más atrás que aquel campesino mencionado lineas arriba. Hasta este me parece un poco más humano.



PD: Perdón por demorarme tanto en escribir, prometo hacerlo lo más rápido posible.




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